María Sembradora

María Sembradora: Es la imagen de María que acompaña nuestro apostolado, representada como la sembradora por excelencia del mensaje de Cristo. La Virgen lleva en su mano derecha la semilla de La Palabra, transformada en corazones que , con amor, se entregan en la siembra.

Su mano izquierda está en actitud de bendición y protección. María camina por el campo, el mundo y es la Primera Sembradora que esparce las semillas en el corazón de los fieles: «Felices más bien los que oyen la palabra y la practican».

Está embarazada, lleva a Jesús consigo, en sus entrañas purísimas, para entregarlo a los hombres. Su mirada está dirigida hacia donde estén los hombres que reciban la Semilla.

La imagen original se encuentra en La Parroquia San Carlos Borromeo en Hurlingham, Buenos Aires y su fiesta es el 4 de junio.

ORACIÓN A MARÍA SEMBRADORA

María Sembradora y compañera de camino; hoy nos ponemos en tus manos llenas de amor, de ternura, de gracia.Manos que conocen el trabajo y que se alegran con la siembra. Manos que portan la buena nueva de la salvación.

Somos pobres por lo tanto dependemos de Dios, El mismo que te hizo Hija, Esposa y Madre de Él. Por eso ponemos en tus manos todo nuestro ser sembradores, ser puente, como tu Hijo y como tu.

Danos de tu esperanza contra toda adversidad, De tu lucha contra toda falta de amor y de fe. Danos de tu fuerza para seguir saliendo A anunciar a tu Hijo. Amén.

LAS MANOS DE MARÍA

Yo te saludo y te quiero, Señora mía Señora de las manos unidas, orando, Desde tu inocencia primordial Mientras crecías hacia Dios

Señora de las manos en el regazo Aceptando en nombre de todos los hombres La propuesta salvadora de Dios.

Señora de las manos elevadas Cantando al Señor las maravillas de su amor En el Magnificat.

Señora de las manos amorosas Acariciando tu vientre lleno de la Palabra Encarnada.

Señora de las manos cálidas y fuertes Sosteniendo a nuestro Dios Mientras le dabas de tu pecho.

Señora de las manos nerviosas Cuando buscabas preocupada Al Niño perdido.

Señora de las manos dolientes Cuando acariciabas las heridas de tu Hijo Recién bajado de la cruz

Señora de las manos sangrantes Cuando te lastimaste al quitar la corona de espinas De tu Hijo yaciente

Señora de las manos protectoras Cobijando a todos tus hijos Bajo tu manto Yo te saludo y te quiero, Señora mía

Quiero que pongas mis manos Entre tus manos orantes Y así me enseñes a entregarme a Dios

Quiero las manos de tu regazo En mis hombros Empujándome suavemente hacia Dios Quiero que sostengas mis manos

Elevadas hacia Dios Porque soy débil y se me caen Quiero tu mano amorosa Acariciándome en la cabeza

Durante mis tribulaciones Quiero para mí tus manos cálidas y fuertes Sosteniéndome de los brazos Porque sólo soy un hombre débil y de pocos años

Me apena cuando refriegas nerviosa tus manos por mí Porque frecuentemente Me pierdo y no me encuentras Cuando la vida me hiera

Quiero tus manos dolientes Cerrando mis heridas Qué pena Señora que tus manos sangren Cuando me ayudas A sacar los abrojos de mi corazón

Quiero tus manos protectoras Cobijándome, dándome un lugar Para mis noches oscuras Quiero para mí tus manos, Señora.