La Legítima autonomía de las realidades de hoy, Concilio Vaticano II

Continuando con el material cedido por el Doctor y amigo Nicolas Lafferriere, abordaremos La segunda enseñanza clave del Concilio. Recordemos que el material lo compartiremos en varias entregas que podrán encontrar en nuestro sitio web.

Para precisar la especificidad de la vocación laical la encontramos en Gaudium et Spes y refiere a la legítima autonomía de las realidades temporales, entendida así: “las cosas creadas y la sociedad misma gozan de propias leyes y valores, que el hombre ha de descubrir, emplear y ordenar poco a poco” (GS 36). “Por la propia naturaleza de la creación, todas las cosas están dotadas de consistencia, verdad y bondad propias y de un propio orden regulado, que el hombre debe respetar con el reconocimiento de la metodología particular de cada ciencia o arte.

Por ello, la investigación metódica en todos los campos del saber, si está realizada de una forma auténticamente científica y conforme a las normas morales, nunca será en realidad contraria a la fe, porque las realidades profanas y las de la fe tienen su origen en un mismo Dios” (GS 36).

Como suele ocurrir con el misterio de la fe cristiana, encontramos realidades que exigen distinciones, pero sin llegar a hacer oposiciones. Lo dice luego la misma “Gaudium et Spes: “aunque hay que distinguir cuidadosamente progreso temporal y crecimiento del reino de Cristo, sin embargo, el primero, en cuanto puede contribuir a ordenar mejor la sociedad humana, interesa en gran medida al reino de Dios” (GS 39).

El laico es cristiano, y por tanto está llamado a configurarse con Jesús, Hijo de Dios, pero tiene que trabajar por las realidades del mundo. Y esas realidades del mundo tienen su legítima autonomía, pero sin que ello signifique desconocer que todo responde al plan de Dios.

 

Estos dos órdenes, el temporal y el sobrenatural, que se distinguen, pero que no se oponen, también podemos advertirlos en la parábola del sembrador (Mc 4,3-9). Por un lado, es indudable que la semilla que se siembra es el mismo Cristo, la Palabra, que se hace presente en medio del mundo para redimirlo.

Pero también la semilla es la realidad divina presente en el orden de la creación, como lo afirma Gaudium et Spes: “Al proclamar el Concilio la altísima vocación del hombre y la divina semilla que en éste se oculta, ofrece al género humano la sincera colaboración de la Iglesia para lograr la fraternidad universal que responda a esa vocación” (Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, n. 3). Y también leemos en Lumen Gentium que la Iglesia “con su trabajo consigue que todo lo bueno que se encuentra sembrado en el corazón y en la mente de los hombres y en los ritos y culturas de estos pueblos, no sólo no desaparezca, sino que se purifique, se eleve y perfeccione para la gloria de Dios, confusión del demonio y felicidad del hombre” (LG 17).

La claridad de la enseñanza del Concilio sobre los laicos no significa que vivir esta vocación sea sencillo. Si nos tomamos en serio este llamado a intervenir en las realidades temporales para ordenarlas según el plan de Dios, pero reconociendo que tienen su legítima autonomía, seguramente tendremos que responder a estas preguntas:

¿La evangelización de las realidades temporales no implica quebrar ese principio de autonomía?

¿Dónde colocar el límite entre lo legítimamente autónomo y la pretensión laicista de emanciparse de Dios?

¿Cómo evitar una excesiva separación entre la misión como laico en el campo de la legítima autonomía de lo secular y la dimensión religiosa y personal?

¿Cómo hacer para que lo religioso y personal no sea vivido por el laico como un añadido extraño que no se integra existencialmente con la vida?

¿Cómo evitar que la dimensión religiosa no sea vivida como algo que no deja espacio para la legítima autonomía de lo secular?

Por Nicolas Lafferriere.

Continuará…

Si deseas ver la primera parte de esta maravillosa reflexión te recomendamos ingreses al siguiente link:

 Link del primer artículo.

https://movimientopuente.org/2023/01/18/los-laicos-y-su-mision-en-las-realidades-temporales/

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