¿Sabes cuál es el origen de los reyes magos?

¿Quiénes eran estos famosos reyes magos?

Muchas veces nos hemos preguntado el origen de los Reyes Magos. Si realmente son magos o bien si eran reyes. Pero una de las cosas y quizás la más importante que podemos afirmar con certeza es que han salido en busca del mesías siguiendo la estrella de Belén.

En la Biblia, no los denominan como los conocemos hoy “reyes”, solo se dice que son sabios de Oriente o bien magos y se los denominaba de esta manera por sus estudios y conocimientos.

La palabra “mago” utilizada en el relato de Mateo se refiere a un sabio que en aquel tiempo se refería a un estudioso o a una persona culta.

También en la región de oriente se mencionaba como magos a los doctores, o bien mago en lengua persa significaba sacerdote.

Ellos se distinguían por su saber de astronomía o en tener muy buena comprensión y práctica para calcular el tiempo o en las ciencias conocidas hasta ese entonces. En los próximos siglos, nuestros magos han sido llamados como reyes tal como los conocemos hoy.

Por otro lado, se los vincula a la espera del salvador por el comercio con los judíos que se había difundido por todo el oriente llevando sus esperanzas mesiánicas, por ende, estos tenían conocimiento del esperado Mesías, Rey de los judíos, el cual, por su conocimiento en profecías, debía tener una estrella que predijese la llegada del mismo.

En el relato de San Mateo, la estrella es fundamental a la hora de llegar al lugar donde nació Jesús. Es una estrella que se podía observar desde oriente donde se situaban los famosos reyes magos. Los magos dicen haberla conocido como la estrella de Jesús.

«Hemos visto su estrella en Oriente y hemos venido a adorarle» (Mt. 2,2)

En la carta encíclica Catholicae Ecclesiae de 1890, El Papa León XIII, menciona de ellos que son «llamados los primeros frutos de nuestra vocación y de nuestra fe». En el discurso del 23 de diciembre de 1903 para la presentación de las felicitaciones navideñas de la Curia Romana, El Papa Pío XII menciona «la cabaña de Belén es una escuela que sigue invitando a los hombres de todas razas a la plenitud de la felicidad mediante el conocimiento de la verdad y el amor al bien»

San Juan Pablo II durante la misa del 6 de enero de 1985 nos dice de este acontecimiento “Su camino no conduce a Jerusalén o a Belén, sino a Dios, a ese Dios que es invisible, aunque se revela a través de lo visible. Los tres Reyes Magos fueron llamados a ser testigos de esto, que en la revelación de lo invisible es el culmen y el límite: Dios se reveló como hombre, se hizo hombre».

Si profundizamos aún más en este acto de ir hacia el nacimiento del mesías, los Reyes Magos dejaron todo, su tierra, hogar, comodidades, familia para adorar al Niño Jesús. Seguramente han tenido un camino complicado, pero aun así han sabido perseverar. Un camino de desierto, difícil, incómodo, cansador. Un camino que seguramente lo podemos reflejar con la vida misma y de eso nosotros sabemos bastante. El seguir a Dios implica esa entrega, ese caminar hacia la salvación, pero cuando se trata de Dios, cualquier esfuerzo, entrega y trabajo vale la pena.

En los reyes magos se observa la dimensión misionera de la Iglesia, por ende, podemos afirmar que nuestros magos son considerados como los representantes de los pueblos más lejanos que son llamados por Dios a la Fe católica.

Los primeros cristianos tomaron esta tradición de la visita de los Reyes Magos para la celebración de la Epifanía “Manifestación”. Y así se ha trasladado la costumbre de los cristianos de Palestina que luego llegó a Europa y posteriormente a América.

En la solemnidad de la Epifanía todos los 6 de enero la Iglesia sigue los pasos de los tres Reyes Magos y recuerda las etapas de su viaje como un peregrinar hacia El Salvador.

Fuente: ACI Prensa, Catholic net

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